Como ya he comentado en alguna ocasión, me encanta hacer brillar objetos antiguos, o que hayan perdido el protagonismo que tuvieron en alguna edad....
Este espejo, recuperado de un rastrillo de antigüedades, da buena cuenta de ello. Con la rapidez de cambiarle el look, no hice una foto al antes, ¡Con lo divertido que es! Prometo hacer fotos del "antes" en futuros DIY.
Era de un color caoba oscuro. ¡Lo que hace una capa de pintura! Y la técnica, rapidísima. En menos de 20 minutos ya tenía el marco pintado. Con pintura blanca de muebles de interior empecé a dar pequeños brochazos, incidiendo en los recovecos de las molduras.Para evitar pintar el espejo es recomendable poner cinta de carrocero.
Antes de que se fuera secando, con un paño se va quitando el exceso de pintura, dando un aspecto decapado, y frotando con más energía la parte de las molduras. Y así hasta conseguir este resultado.
¿Qué os parece? ¿Os gusta?
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